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El dolor de un pueblo resiliente

  • Foto del escritor: Aixa Mariely Rodriguez
    Aixa Mariely Rodriguez
  • 4 jul 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 5 jul 2022


Visité el museo Cheroqui (Cherokee) en Carolina del Norte y casi como un gancho de pesca atrae a un pez hambriento, me atrajo la idea de tener la experiencia en la alfarería de los cheroqui. Aunque no tuve la oportunidad de hacer vasijas, me topé con un lugar muy emocional, cargado de historias que desconocía. He leído la historia de algunos nativos de Estados Unidos, es una historia desafortunada, manchada de bondades pagadas con traición, abusos e injusticias. En casi todos nuestros países de origen tenemos algo de esa mancha.


Recuerdo un cuento popular en el que una rana cae en una olla de agua caliente y poco a poco va ignorando su destino. Algo así fue para la nación Cheroqui al toparse con los conquistadores en Estados Unidos, como una olla de agua hirviendo fueron los británicos en el norte y los españoles en Texas. Una nación prácticamente obligada a hacer tratados por la paz y protección, puesto que no podían evitar la llegada de estos nuevos emigrantes y los cambios. Desafortunadamente los acuerdos fueron disfrazados de engaño.


Los nativos Cheroqui ya habían experimentado la emigración. El emigrante siempre gana y pierde al mismo tiempo. Gana un beneficio a cambio de perder algo. Entre tanto que se pierde, se pierde un lugar geográfico al que estamos familiarizados culturalmente para ganar otro, a cambio de adaptarnos a nuevas maneras de vivir.


Cuentan los historiadores que antes de que los Cheroqui poblaran la nación americana, debido a una guerra entre nativos, fueron expulsados a lo que se conocen como los grandes lagos del mundo antiguo (Estados Unidos). Algunos estudiosos como el indio Sequoyah estudió y creyó que el origen y las tierras de sus antepasados fue en México y de allí debido a una derrota en una guerra, fueron desterrados para vivir cerca de los lagos. Vivieron por siglos en plena paz hasta que llegaron los conquistadores a América.


Casi simultáneo al tiempo que Estados Unidos luchaba por su independencia, los Cheroqui comenzaban una pesadilla por tratar de sobrevivir y ser reconocidos.


· En 1785 Firmaron un trato para ceder parte de su territorio a cambio de protección y tener un líder de ellos en el congreso. No fue respetado y en pago les robaron sus tierras. Muchos emigraron a Texas.


· En Texas les permitieron vivir por un tiempo y luego los enviaron a campos de concentración, no les reconocieron, no les entregaron propiedades.


· 1838-1839 Guerra “El levantamiento de Córdova” Intentaron hacer valer sus derechos pero fueron vencidos por las faltas de armas apropiadas y fueron expulsados de Texas. Emigran a México y otras partes de Estados Unidos.




El Presidente Jackson les hizo una falsa promesa de que pondría un delegado Cheroqui en el gobierno, más adelante ese mismo presidente fue el autor de unos de los más tristes y crueles acontecimientos en Estados Unidos en contra de los nativos: el destierro o mejor conocido como “El sendero de lágrimas”. Más de 16,000 nativos son enviados a un éxodo por más de 1,300 kilómetros a pie por siete meses, los historiadores aseguran que aquel se convirtió en un sendero de cadáveres en donde casi la mitad de su población no pudo llegar a su destino a Oklahoma.



(Foto arriba: Britanica.com)


(Foto Arriba tomada de: https://www.antrophistoria.com/2020/02/el-sendero-de-lagrimas-cherokee.html)


El museo comparte una historia cargada de dolor, pero también muestra cosas positivas sobre la cultura y el arte de la comunidad, su manera de vida. La civilización nativa era matriarcal, en otras palabras estaba muy adelantada en cuanto al rol de la mujer. La mujer gozaba de plena libertad antes de la aculturación. Ellas eran dueñas de sus casas, dueñas de los campos de agricultura, si los colonizadores estaban interesados en algún producto agrícola tendrían que hacer los tratos con la mujer.

Ellas decidían con quién se casarían y hasta probaban si los maridos eran buenos cazadores y proveedores del hogar. Las más inteligentes eran influyentes consejeras de asuntos de importancia en la comunidad e incluso para asuntos de guerra. La responsabilidad de la mujer era ser justas, sensatas, prudentes y el rol de ama de casa era sumamente respetado. En los esfuerzos americanos de aculturación lamentablemente el rol de la mujer pasó a ser como el rol europeo.


La historia siempre es buena conocerla para asegurarnos de nunca repetir errores. También es buena para reconocer y agradecer aquellas generaciones de nuestros antepasados que pasaron por tanto, pero se levantaron resilientes a favor de futuras generaciones. En dolor comienza la vida, el dolor también nos forma, nos enseña y nos fortalece. Mi deseo para la comunidad Cheroqui es que logren sus derechos como nativos y que puedan sanar.


Si te gustaría conocer más sobre los Cheroqui en Carolina del Norte y tener la experiencia de visitar el museo y sus exhibiciones queda ubicado en: 589 Tsali Blvd, Cherokee, NC 28719 (visitcherokeenc.com).




Aixa Mariely Rodríguez




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